Interacción humano-robot: ¿Qué cambios provoca en el lugar de trabajo?

Los sistemas y aplicaciones robóticos avanzados perturban los lugares de trabajo; transforman la manera en que se lleva a cabo el trabajo, lo que a menudo se traduce en cambios en los modelos de negocio y en la redefinición de las funciones, tareas y métodos de trabajo. La inteligencia artificial (IA) ha desempeñado un papel fundamental en la mejora de estos sistemas, dotándoles de mayores capacidades, funcionalidades y flexibilidad que los robots más convencionales. La IA también ha facilitado una colaboración e interacción sin fisuras entre los seres humanos y los robots en diversos sectores. Esto se puede ver especialmente en las aplicaciones robóticas colaborativas, a través de las cuales la IA permite una interacción más estrecha entre el personal y los robots en espacios de trabajo compartidos.
 

A medida que los robots avanzados se vuelven más complejos y prevalentes en entornos de trabajo modernos, la comprensión de cómo interactúan las personas que trabajan y los robots y las implicaciones para la organización del trabajo y sus condiciones es crucial para el éxito de la integración de los robots en el lugar de trabajo. Los cambios producidos por la robótica avanzada autónoma o semiautónoma requieren una consideración reflexiva y una gestión proactiva para garantizar un impacto positivo en las empresas y su personal.
 

Basándose en datos de encuestas y estudios de casos que analizan sistemas y aplicaciones robóticos avanzados para la automatización de tareas, el presente informe contribuye al debate político sobre la automatización del trabajo, destacando las nuevas formas de interacción entre el personal y los robots y los cambios en la organización del trabajo y las condiciones de trabajo que conllevan.
 

Contexto político

A diferencia de los robots convencionales, normalmente confinados en recintos cerrados y situados a una distancia segura de los humanos, los robots avanzados equipados con sensores y funcionalidades mejoradas garantizan una mayor seguridad cuando están cerca de las personas. Permiten una interacción y una colaboración más estrechas con las personas, caracterizadas por objetivos compartidos y tareas más sincronizadas. A pesar de estos beneficios, las formas de interacción derivadas del uso de sistemas robóticos cada vez más avanzados, especialmente los que cuentan con capacidades de IA integradas, pueden plantear nuevos retos para la aprobación de políticas y normativa. El concepto de centralidad humana es más pertinente que nunca para garantizar una interacción segura y eficaz entre los seres humanos y los robots.
 

Como parte de la estrategia digital de la UE, varias iniciativas políticas en materia de IA han hecho hincapié en un enfoque del desarrollo y el uso de la tecnología centrado en las personas. En el contexto de la robótica avanzada, esto implica garantizar que los sistemas se diseñen y desplieguen de manera que respeten los valores humanos y los derechos fundamentales. Además, la Comisión Europea ha tomado medidas para abordar las cuestiones de responsabilidad y rendición de cuentas derivadas del uso de la IA, proponiendo una revisión de la Directiva sobre responsabilidad por productos defectuosos y una Directiva sobre responsabilidad civil en materia de IA.
 

La seguridad es otra preocupación importante en la interacción humano-robot; con la adopción en 2023 del nuevo Reglamento relativo a las máquinas [Reglamento (UE) 2023/1230], la UE pretendía actualizar los requisitos de seguridad de las máquinas (y productos relacionados) en el mercado de la Unión. Este Reglamento reconoce que los riesgos para la seguridad van más allá de los daños físicos y alcanzan hasta el estrés psicológico. Sin embargo, el principal instrumento jurídico que regula las cuestiones de salud y seguridad en el trabajo (SST) sigue siendo la Directiva marco sobre salud y seguridad en el trabajo (89/391/CEE).
 

Otros retos clave derivados de la interacción con robots avanzados están relacionados con los requisitos en materia de capacidades. Desde hace algún tiempo, la UE reconoce el impacto de los avances tecnológicos en el mercado laboral y en las cualificaciones que requiere la mano de obra. En este sentido, una importante iniciativa política es la Agenda de Capacidades Europea para la competitividad sostenible, la equidad social y la resiliencia. La agenda abarca varias actuaciones centradas en la mejora de las capacidades y el reciclaje profesional para garantizar que las personas tengan las capacidades necesarias para los mercados de trabajo actuales y futuros.
 

Conclusiones principales

• La adopción de tecnologías de robotización se ve influida por factores externos e internos. Según los datos recopilados por la encuesta de Eurostat sobre el uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones en las empresas, los elevados costes laborales y las dificultades para contratar personal ocupan un lugar destacado entre las razones para invertir en robots. El aumento de la competitividad y la mejora de la productividad son factores internos clave.
   
• Los robots industriales y de servicios son más frecuentes entre las grandes empresas. En 2022, aproximadamente una de cada cinco grandes empresas de la UE utilizaban robots industriales (utilizados para soldar, cortar láser, etc.), mientras que solo una de cada diez utilizaban robots de servicio (utilizados para la vigilancia, el transporte, etc.). La tasa de utilización de robots entre las pequeñas y medianas empresas es notablemente inferior, debido principalmente a la importante inversión de capital necesaria para aplicar las tecnologías de robotización y a las economías de escala necesarias para aprovechar plenamente las mejoras de eficiencia resultantes.
   
• Al evaluar los riesgos asociados a las interacciones entre seres humanos y robots, las organizaciones tienden a centrarse en la seguridad física, pero pasan por alto las implicaciones psicosociales. Una mayor participación del personal en el diseño y el despliegue de tecnologías robóticas podría ayudar a reducir determinados factores de estrés, en particular las incertidumbres que surgen en las fases iniciales de la adopción de la tecnología. La participación de la plantilla de personal suele ser necesaria para adaptar o personalizar los sistemas o aplicaciones al entorno operativo.
   
• A la hora de integrar soluciones robóticas en el lugar de trabajo, así como de hacer hincapié en el uso seguro de la tecnología, los programas de gestión del cambio pueden ayudar a resolver las incertidumbres, aumentar la resiliencia del personal frente al cambio y permitirle adaptarse a las nuevas rutinas de trabajo. En la mayoría de las empresas, el trabajo con equipos avanzados no requería cualificaciones o certificaciones específicas. No obstante, la adopción de sistemas robóticos exigió nuevas competencias digitales, analíticas y sociales en algunas organizaciones de determinados sectores (p. ej., la industria manufacturera) o en determinadas ocupaciones (p. ej., directivos y supervisores).
   
• Aunque los datos de una encuesta de la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo sugieren que la interacción humano-robot está asociada a una mayor intensidad del trabajo, un aumento de la vigilancia, un deterioro del entorno social y una reducción de la autonomía, los datos de estudios de casos sugieren que los resultados negativos se derivan de factores organizativos y decisiones de gestión, más que de la tecnología propiamente dicha.
   

Indicadores políticos

• Las tecnologías robóticas, especialmente cuando están impulsadas por la IA, prometen aumentar la productividad y la seguridad en el lugar de trabajo, aliviar la monotonía de ciertas tareas, reducir la tensión física y hacer que el trabajo sea más atractivo y gratificante. Sin embargo, para hacer realidad estas ventajas es necesario tratar al personal como partícipes en la creación de soluciones tecnológicas, y no como meros costes que hay que minimizar. Las actuaciones en relación con las políticas son esenciales para promover el diseño centrado en el ser humano, incluidas las campañas de sensibilización, los incentivos públicos para la investigación y el desarrollo que ponen el foco en la centralidad humana y el desarrollo de directrices para el diseño ético y centrado en el ser humano.
   
• Los interlocutores sociales pueden desempeñar un papel crucial en la elaboración de políticas que den prioridad a los valores centrados en el ser humano y que incluyan enfoques participativos en el diseño y la aplicación de la tecnología en los lugares de trabajo. El acuerdo marco de los interlocutores sociales europeos de 2020 sobre digitalización es un instrumento importante para coordinar los esfuerzos y promover la centralidad humana en relación con la robótica.
   
• Los esfuerzos continuados deben orientarse hacia el apoyo a iniciativas de formación que den prioridad al desarrollo de capacidades pertinentes para la colaboración entre seres humanos y robots, incluida la alfabetización digital, la adaptabilidad y la resiliencia frente a la automatización. Es igualmente esencial garantizar la aplicación efectiva del principio nº. 10 del pilar europeo de derechos sociales (sobre salud y seguridad) y del marco estratégico de la UE en materia de salud y seguridad en el trabajo.